jueves, 30 de junio de 2011

Alegre y melancólica

Una melodía intermitente. Primero alegre y luego melancólica. Alegría, melancolía, alegría melancolía. Me hace recordar tu estado de salud. Te mejoras, recaes, mejora, recaída. ¿Por qué nunca me contaste de tan terrible condición médica? Y ahora que atrapado en tus redes amorosas estoy, no puedo... no puedo soltar tu mano gris y fría como las calles que paseo a pie para llegar al hospital donde yaces.
Amaba tu sonrisa y tu cabello reluciente al sol. Ahora no hay sol. Sólo invierno y ampolletas de carnicería lúgubres y blancas, blancas. Tan blancas como la dama Luna con la que juegas al póker en sueños apostando la vida. Aún no pierdes. Me alegro mucho, pero... melancolía porque estás postrada en esta fea camilla.
¿¿¡¡POR QUÉ ME HAS HECHO ÉSTO!!??
Tan hermosa pero tan muerta. Para acabar con esta paradoja debería ahogarte con la almohada en que reposa tu bellísima cabeza. Así no dolería más. No más dolor. No quiero sufrir más. Pero ¿cómo podría hacerte daño si te amo tanto? Pero... ¿cómo puedes hacerme tanto daño si me amas tanto?
¿Me amas, me amas, me amas?
Ni siquiera sé si sientes algo conectada a tantas máquinas. Lo único que viene de ti son los "tuut tuut tuut" que indican que tu corazón aún late... esos "tuuts" son música de fondo en mis pesadillas. Y no quiero tener pesadillas.
Desconecto la radio para no oír más esa melodía intermitente que me hace recordar tu estado de salud.