sábado, 22 de febrero de 2014

Molinos de viento

Siempre los veía. Cuando se iba de vacaciones a la playa y luego de regreso; esos enormes, blancos, colosales molinos que generan electricidad.

Eran para ella como plantaciones de unas flores muy extrañas cuyos pétalos daban un sin fin de vueltas gracias al viento. Pero al interior del auto no se percibía el viento, sólo el movimiento giratorio de las astas... ¡¡Por eso ella pensaba que estaban vivos!!

De grande quiso ir a conocerlos. En su propio vehículo llegó a la carretera y vio este paisaje surreal con nubes grises esponjosas que tapizaban el cielo, y muchos pequeños cerros donde crecían estos molinos.
Observó absorta el girar de sus pétalos hasta que se vio el atardecer. Al caer la noche una pequeña boca se abrió de cada molino y pudo al fin conversarles.