domingo, 16 de diciembre de 2012

Los hijos no amados

Anmania salió una noche a caminar sola por el bosque. Era mal visto hacer eso, ya que solo las damas nocturnas andaban solas por allí. Pero Anmania no podía salir con su esposo Arsek y mucho menos con alguno de sus hijos Lertán o Berfoz, ya que iba seducida en sueño por Asmodeo, que la esperaba en la cúspide de la montaña.
Ella no era consiente de que cuando su cuerpo se hizo uno con el masculino, en realidad estaba poseída por el demonio de la lujuria, maquinando en su mente la imagen del hombre con quien se casó. Ella se dejaba llevar, dejaba que la brisa le desparramara el cabello largo de trigo y el vestido de seda de su difunta madre.

Tiempo después (que no podemos definir a causa de una desorientación en las Dominaciones del cielo), Anmania dio a luz a su tercer hijo, tan hermoso como un querubín, con los cabellos tan dorados y brillantes como los rayos del mismísimo Sol, y la piel tan suave y tersa como la porcelana más fina.
De inmediato Arsek sintió una profunda admiración a él. No dejaba que sus hermanos lo miraran siquiera, y con el tiempo Anmania y su esposo dejaron de ponerle por completo atención a Lertán y Berfoz, y concentraron sus cuidados en el pequeño Balban, el engaño de Anmania a su esposo.

Los dos hermanos tratando de buscar agua en el río, cayeron y se ahogaron. Sus espíritus fueron robados por Mefitófeles, y así una vez más el ejército de Satanás ganó puntos extra en contra Dios, por reclutar almas inocentes a su orgía de ánimas en sufrimiento.

sábado, 27 de octubre de 2012

Carta al direcblog

Me pregunto por qué los profesores de castellano le piden a sus alumnos que infieran aspectos psicológicos de los autores de ciertos textos. Es decir, ¿Cómo osan siquiera intentar adivinar cuál es la preocupación del emisor al escribir el texto?¿O qué sentimientos llevaron al autor a escribir aquel poema? O incluso se preguntan ¿Qué quiso expresar el emisor con el fragmento que dice "...el cielo tenía el azul del ayer"?... Quizás sólo quería que el color azul sonara nostálgico, o que el día anterior el cielo era igual de azul, o era lo único que rimaba con el verso anterior.
Por ejemplo ahora, con lo que redacté anteriormente... ¿Qué llevó al emisor a escribir este texto?
Las respuestas especuladas son variadas, pero les diré la respuesta verídica:

No tengo nada mejor que hacer y el almuerzo no está listo aún.

domingo, 7 de octubre de 2012

Fama

Tocó las puertas de cada casa preguntando por su amado, y le decían que ya no estaba allí en Quimbonco, sino que había ido a hacerse famoso al Capitolio.
Paloma había dormido demasiado tiempo, y al despertar no halló más que personas que apenas conocían a Samuel, su amado, y que sólo le contaban los estragos de la guerra civil. 
Caminó a paso lento todas las millas que separaban Quimbonco del Capitolio, para al llegar darse cuenta de que los comerciantes, cobradores y animales no eran otra cosa que fantasmas con un pie en la muerte y otro en la tierra que amaban, pues la música de Samuel y su mensaje de vida se les había grabado en el alma, y pese a las explosiones de granadas y ráfagas de balas asesinando a los habitantes, ninguno se había podido ir completamente.
Por eso siguió buscando en callejones, avenidas y plazas a su amado, con la esperanza de por lo menos pedirle el nombre del hijo que gestaba en el fondo de su vientre. Pero algo recordaba ella de Samuel... que era él un hombre lleno de mentira en su boca, en su alma y hasta en sus vísceras.
Cuando recorrió cada centímetro interrogando hasta a los microbios sin encontrar a su amado, sus sospechas fueron acertadas... Samuel no creía en su música y con la guerra civil ya había susurrado adiós.

Ella llegó demasiado tarde.

domingo, 23 de septiembre de 2012

Flor

Había una vez una semilla que plantaron dos manos de personas distintas. Creció, soportó varios inviernos y heladas, pero se iba torciendo con ellas.
Luego el botón floreció negro, y a los jardineros no les gustaba, pero no la cortaban ya que confiaban en que la próxima primavera florecería más alegre.
Pero no fue así, y estuvo toda su existencia arruinando el patio de los Ortega.

lunes, 10 de septiembre de 2012

Tía Katrina

Todos... absolutamente todos menos ella, sabían.
Sabían que cada vez que ella hacía torta de frambuesas, alguien en la ciudad se moría de un infarto al miocardio. Pero nadie decía nada, para poder seguir disfrutando el postre de la Tía Katrina.
Todos callados comiendo, mientras pensaban como alguien, en alguna parte, daba su última exhalación.
Todos en silencio, los muy egoístas desgraciados.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Gracia

Se subió al transporte público y por primera vez no saludó al conductor. Algo realmente raro sucedía.
Miró el suelo durante una hora, llorando. Todas las canciones acompañaban sus lágrimas. Algunas más que otras, pero Barry White, De Saloon y Alicia Keys narraban con certeza su vida.
No levantaba la vista del suelo, pero ella sabía que la miraban, y sus botas estaban ya mojadas.

Hace un rato le había dicho adiós… y se fue caminando con los tontos pensamientos de que al girarse él estaría a un metro de ella, o que al subirse al colectivo estaría él esperándola… y lloraba aun más al comprobar que sus fantasías no eran más que eso, pero no lo culpaba… sólo se tragaba sus gritos y dejaba que se resbalara el agua por sus mejillas.
En el viaje pensó que tal vez había alguien observándola y especulando acerca de lo que le sucedía, tal como lo hacía él al mirar a los hacedores de completos armar la comida… eso le daba tanta risa antiguamente, pero ahora sólo la hacía llorar. Había tantas cosas por las que lo amaba y sólo una que no le permitía tenerlo.

Se prometieron cuidarse y reservarse hasta que hayan aparecido surcos en sus caras, porque ella no era de nadie más que de él, y cuando ya no sea así no tendrá importancia alguna porque ambos habrán fallecido. Aun así, no le gustó la despedida, ya que él no le dijo mucho… ella no supo si era una muestra de decepción y miedo, o que pensaba que era lo mejor. Ojalá hubiese sido más sincero conmigo.

La tristeza es siempre el motivo de su inspiración, por lo que recordaba porqué prefiere los números a las letras, los órganos del cuerpo a los países de Sudamérica… porque los escritores son unos infelices. Debería romper todo lo que le permite escribir y haberse comprado hace tiempo ese estúpido libro de recuerdos.

Él habría terminado en una banda de música mala y ella en un burdel, de no ser porque su vehículo chocó. Qué gracia usar la intertextualidad y el estilo indirecto libre. Y murió.

miércoles, 22 de agosto de 2012

Lo que se pega

Tenía una hermana un año mayor que yo, hace diez años, que se juntaba con esas gentes adictas a los vicios y a las modas, que fuman, se emborrachan y gastan todo su dinero en una camisa que por muy ordinaria que fuera, si llevaba el logotipo de la marca, era sensacional.
De todas era Carmen, la menos adicta y viciosa, y la que aún creía que podía tener esos amigos sin dejarse llevar. De todas maneras, se mataba de la risa con las estupideces que decían, pero cuando eso iba al extremo, recordaba que no debía dejarse llevar porque le asustaba transformarse en un ser tan increíblemente superficial y lego.
Yo temía también por ella, ya que no concebía que mi propia sangre llegase a vidas tan bohemias como las de sus descontrolados amigos. Cuando se lo planteaba me decía "Tranquila, Pía. Yo jamás haré lo que ellos hacen. Nunca faltaré a mi salud física ni mental. Yo soy una persona inteligente".

Carmen murió de una mezcla de cáncer pulmonar y al hígado, que fueron destruidos por sus vicios.

Tenía también una tutora llamada Ernestina, que juraba acabar con las desigualdades sociales, pero todo eso se le olvidó cuando contrajo matrimonio con un senador, y ahora vive en los palacios más bellos de las ciudades más adineradas del país, rodeada de papeles de colores, que se cambian por objetos...

...y es humano... pegarse la idiotez y desear hacer lo que se quiere cuando se tiene el poder.

domingo, 19 de agosto de 2012

Muñecas

Poniendote un collar de rosas, sujetando una cadena de plata en tu boca...
Te odio. Has vuelto a llegar a la cima tú solo.
Agachado de rodillas, lames las amargas gotas de amor.
Como despedida podría darte un triste adiós.

En un cofre de nombre "yo" mi corazón aún late.
Dos alas reviven bajo la luz de la luna y alzan el vuelo.
La soledad se hace más aterradora que la obscuridad...
Bajo la cruz, bajo la cruz.

Déjanos devorar la prueba de nuestra unión,
abriendo las esposas, sujetándonos las pálidas muñecas.
El milagro de tus caricias... te amo con toda mi alma.
Agachado de rodillas ofreces las dolorosas palabras de amor.
Rojas marcas manchando una venda.

Ni siquiera me importa si es pecado, por favor di que me quieres...
Y dame un beso prohibido.

domingo, 29 de julio de 2012

El miedo a crecer

Él se levantaba con infinita tristeza el Día A, porque habiendo cumplido la mayoría de edad le tocaba recibir el sacramento de la Adultez esa misma noche. Era un ceremonia que transformaba las almas de los jóvenes en almas adultas, dispuestas al trabajo y servicio del gobierno, dejando atrás los hobbies y momentos de ocio, los amores fugaces y las fantasías de un mundo mejor.
Se levantó con gusto a hiel en la lengua y guardó ensimismado sus recuerdos en una caja de pizza decorada para la ocasión. Procuró dejar fuera las ideas de un mundo maravilloso que atentaba contra las grises calles, y las industrias que humeaban muerte por sus chimeneas.
De pronto, entra la madre al cuarto de él y aprieta con sus garras las ideas de un mundo maravilloso, donde existían las hadas y los manantiales de colores, los dragones y las princesas soñadas. Arrugó sus creencias y las arrojó por la ventana.
- Deja ya todas esas concepciones, los adultos no las necesitan- Y dejó una pila de libros de medicina, ingeniería, arquitectura, economía...
Él salió de su casa con sollozos y se recostó sobre el pasto por última vez. Fantaseó con el cielo y descubrió formas infantiles en las nubes esponjosas. La pena le hizo cerrar los ojos, y se entregó a su sueño final.
Dormido boca arriba, bajó de las nubes una ninfa turquesa que quiso degustarlo con un beso. Su frágil figura flotó hasta sus labios y probó por primera vez el sabor de la hiel. Escupió y comenzó a tocer, y en ese momento, él se despertó. Miró a la ninfa a los ojos y vio en ella su juventud que no quería dejar escapar.
Unidos en un abrazo la ninfa hizo brotar desde lo más íntimo de la Tierra toda la vegetación atacada y pervertida por el Humano. Era una fantasía, pero era real a la vez. 
El mundo donde existían los amigos, los colores y el ocio existía como el país de Nunca Jamás, pero en la Tierra.
La ninfa... ¿existía la ninfa? ¿o es sólo el objeto de locura de él?
- No ha conseguido aún la madurez para ser un adulto...-
- Su madre está devastada, dicen que no lo deja entrar al hogar-
- Que deshonra más grande, que le hayan denegado el sacramento-
- Yo a ese niño hasta lo he escuchado hablar solo-
- Definitivamente los amigos imaginarios son de jóvenes, está claro que él no puede evolucionar a la siguiente etapa...-
- No le importa dormir afuera, pero siempre anda sucio. Es un asco-
Nadie logra entender que lo único que necesita para ser feliz es su juventud, la naturaleza, la ninfa a quien ama y que lo ama a él.
-He creado un mundo para nosotros, Facucio.

miércoles, 18 de julio de 2012

Ana y Finn

Había una vez un cachorrito. Era tierno, lindo y todos los que llegaban a la casa de Ana decían que parecía de juguete.
Ana era rescatista de animales callejeros. Ese trabajo consiste en ir a basurales y lugares de bajos recursos y recoger en su mayoría perros y gatos, aunque ella se ha encontrado tortugas, serpientes y hamsters. Los cuidaba hasta que les encontraba una familia que se hiciera cargo responsable del animalito. Era una chica hermosa.
Al perrito que anteriormente te mencioné le puso Finn.
Finn no comprendía... ¿Por qué si era tan tierno y todos lo piropeaban, la bella Ana no hacía más que ignorar sus ladridos? Lo único que hacía era darle comida y agua, creo que hasta pasaba más tiempo con cualquier otro animal que con Finn... así que un día le preguntó:
- Ana... ¿Tú no me encuentras adorable?
- Sí Finn, más que a todos los animales que he rescatado.
- Entonces... ¿Por qué no me haces cariño?
- Porque eres tan hipnotizante que temo caer en La Estupidez.
... ¿La Estupidez? ¿A qué se refería Ana con La Estupidez?

Llegó el día en que el resto de los humanos iban a la casa de Ana a elegir un animal al que prometerían cuidar y amar. Una señora señaló a Finn y le dijo a Ana que era el cachorro que quería para su sobrina.
Ana se puso muy nerviosa, le dijo a la humana que esperara un poco mientras iba a preparar a su futura mascota, agarró a Finn y lo llevo a la cocina. Lo sentó sobre la encimera, tomó la pequeña cabeza del perrito con sus dos delicadas manos y lo miró a los ojos, brillantes como aceitunas.
- Finn, es la hora de decirte adiós.
- ¡ANA! ¡YO NO QUIERO IRME CON ESA SEÑORA! ¡NO QUIERO, NO QUIERO, NO QUIERO!
- ¡Perrito! Aún cuando te ignoré lo mejor que pude, caí en La Estupidez....
- ¿Qué es eso?
- Encariñarse con un ser que sabes que no será parte de tu vida, que será parte de la vida de otros seres.
- ¡¡¡Pero Ana!!! ¡Déjame ser parte de tu vida!
- No puedes... no podemos estar juntos, perrito, pero te prometo que serás muy feliz y que yo te extrañaré, pero seré feliz también.

Soy un perro adulto ahora. Carla, mi ama, me trata muy bien, la quiero mucho, pero no puedo dejar de pensar... de estar casi seguro de que mi vida era junto a Ana la rescatista. Sí, sí, qué trágico... el narrador de la historia es el perrito que fue separado del amor de su vida.

Y quizás son celos o que ella realmente me pertenece, pero espero que Carla muera, que muera la mascota de Ana si es que existe, y que volvamos a estar juntos... y así no ignore nunca más mis gemidos.

miércoles, 20 de junio de 2012

La conquista

Pese a que el día más noche parecía debido a la obscuridad que abundaba, ella salió de su casa con un bolso lleno de galletas. Ascendió por la gris calle empinada y llegó a la estación de tren. Mismo vagón, mismo conductor, misma joven, pero distinto paraguas. No negro, sino amarillo chillón. Distinto peinado también, porque el frío era tal, que si lo llevaba tomado, sus orejas se congelarían... Así que su melena larga y café enmarcaba su faz, desordenada, limpia y olorosa a vainilla. Será mejor apurar el tren. Cerró sus ojos y se prendieron los violines y las ecuaciones matemáticas, como el verde de las plantas y el dulce del algodón de azúcar.
En menos de cinco minutos, había dado la vuelta al planeta y bajó con la gracia de una bailarina en la otra dimensión, donde estaba él con un ramo de versos en una mano, y en la otra las notas musicales de la siguiente canción. El cielo de espejo reflejaba claramente a la humanidad, y ellos caminaban justamente bajo el sol, mientras los demás caminaban tristes en al penumbra.
Periódicamente aunque las nubes cubran el sol, vuelve. Puede pasar un largo invierno sin sol, pero el verano le sigue y siempre llegará a tiempo. Encima de eso, los inviernos son cada vez más cortos. Vamos de una vez a pintar de besos todo nuestros cuerpos. Y se fueron a saltitos alegres al templo del León, donde en su lecho las palabras más hermosas y los secretos más íntimos relucían como la Mona Lisa, aunque ya se las habían leído mil veces, como tontos. Libre, liebre, libro, libido, lienzo la piel de los amantes, del amor, de las flores, las nubes vírgenes y los lápices pasta de colores.
El himno de Inglaterra trucado y vociferando el cariño por todas las radios, los seres cansados de físico, pero con las mentes tan concentradas que llenaban la juguera de tres litros de la abuela sureña... ahí fue cuando descubrieron que no necesitaban las galletas para complementarse ni para ser felices, pero sí para iniciar la conquista.


jueves, 14 de junio de 2012

Memoria de una hora

Salgo del colegio y a la altura de la casa de los gatos me pongo a imaginar ¿Sera porque los gatos me inspiran? En fin. El olor a cigarro fugaz es poético, pero más atrás venía un tipo pasado a mentholatum que me hizo recordar lo mal que me fue en la prueba. Camioneros durmiendo en sus camiones y automovilistas manejando sus automóviles, todo al mismo tiempo, y el gato negro dibujado en la pared. Viento y calor. En frente del restaurant chino, dos hombres. Uno con una flauta de madera y el otro con una guitarra con un estampado de flores pintadas con tempera me hacen pensar que hay personas mucho más felices que yo, pero a la vez deben de haber otras más tristes o desgraciadas. Pero no quiero que me recuerden por lo que realmente soy: una mujer, una caminante, una estúpida, una harpía. Sí, sí. Porque soy vengativa, me gustaría tener muñecos vudú de todas las personas que conozco y en especial a aquellas que me desagradan, para torturarlos. Y hablando de muñecos, ayer rompí al pingüino. Le saque un brazo antes de imaginarme a un gigante arrancándome el brazo a mí.

 En cabildo olía a mar y en un pestañeo vi la playa, las personas de vacaciones, el arena volando en el viento y los puestos pesqueros. Uno posee otra realidad en la cabeza, un tiempo que pasa mucho más rápido, porque como plateaba el jazzman de aquel cuento surrealista de Cortázar, el tiempo de reloj puede marcar un par de minutos que en mientras la imaginación pasan algunas horas. Recuerdo todo, todo TODO lo que vi camino a casa y ahora sentada frente a las teclas lo escribo y hasta recuerdo a Johnny. Tengo buena memoria por lo que perdono poco. Todo me ha salido mal la verdad… Aquel que era no será más porque no sabe lo que me ha pasado, he tenido una semana de mierda y acá no huele más que a pollo cocido que revienta dramáticamente mi inspiración.
Y recuerdo todo, todo... menos la fórmula del empuje.

 De todas maneras me sacaré un 1 en física.

miércoles, 30 de mayo de 2012

La istoria (Sin H)

El camello de un pequeño granjero violó ayer a tu hermana en la casa playboy. Mientras lo observaba la Samara, él grito desesperadamente por un doloroso picor precisamente en su pequeño y peludo, y muy oloroso pie con gota.
Mientras tanto, en Mississipi estaba la Elisa muy perdida y desorientada jugando al yenga con Clark Kent. Estaba por perder cuando llegó a ayudarla su querido amigo Galletón con avena, quien le dijo:
-¿Elisa, eres gay?
 Y ella respondió:
 -¡Menos que vo!
Galletón se sorprendió y movió una pieza del yenga que hizo que el contrincante, Superman, se conviertiera en una apestosa masa de desechos del camello con gota.
Por otro lado, Samara estaba traumada ya que el camello descubrió que ella los estaba espiando, y la Elisa había llegado con mucha determinación a salvar al pequeño granjero, porque el camello estaba vuelto loco y quería darle con una bazuka para matarlo y asi poder vengar a tu violada hermana, pero no llegó a tiempo, y sólo encontró al granjero sin ropa interior ni la billetera de George Washington que él habia robado de la casa Blanca en EEUU.
Piolín, estando en la casa del tan famoso Jesús de Nazaret, se enteró de que George Washington había perdido su billetera, entonces fue donde Ash Ketchum para invitarlo a cazar al ladron de billeteras llenas. Ash no quería asi que llamó a la pizzería para que un oso hormiguero incendiara al pepinillo de Piolín y asi tu hermana no pudiera asaltar el banco de Saltadilla.
 Por esto último, llegó Pacha mama, muy furiosa, y retó al oso por no cumplir con sus deberes. Le arrojó un plátano inmaduro y un automóvil azul. El oso murió, no sin antes gritarle lo siguiente:
-¡¡¡PELOTOOOOOOOOON!!!
Y ella uso telekinesis con la alfombra para tranformarlo en sushi y venderlo en la industria de revistas porno.
El hijo de tu hermana, que nació con sindrome de Rutherford, no era precisamente aquel hijo, sino que era otra cosa, como una especie de enorme y feo, sin olvidar extraño, trozo de criatura peluda y viscosa. Eso fue por que su padre era el nombrado camello violador-asesino. Ésto se pudo gracias a Ash, ya que él y su Bulbasaur asistieron a la ceremonia de inauguracion de pañales galácticos.

martes, 10 de abril de 2012

Poema triste

Tan hermosa como siempre tu sonrisa cayada
Me observa desde el camastro donde duermes tranquila.
De tu piel brota luz como brillantes pupilas
y sé que viajas por la noche estrellada.

Porque no dejas de dormir desde aquella madrugada,
donde tu belleza decidió no ser parte de mi día
y te raptaron lejos de mi vida en armonía
y me dijeron que no sufriera ni desesperara.

Esta vez sin más, a horas tempranas
¿dónde se ha ido tu respirar esperanzador?
A tu piel se le ha esfumado el color.
Y se ha callado el electrocardiograma.

domingo, 18 de marzo de 2012

Tócame

Tócame.
Acaríciame la espalda rápido... ahora lento... me haces vibrar de emoción.
Me meteré entre tus piernas para que sigas jugando conmigo.
Ámame... no es difícil, soy hermosa y fina.
¿Quieres que te bese? Paso mi suave lengua por tus mejillas, tus labios y tu barbilla. Sabes a loción para afeitarse.
Eres el mejor... te derribo y muerdo tu corbata. Sé que no te gusta, pero así quizás te la cambies. Tres años viviendo juntos y aún no comprendes que no te asientan las corbatas con triangulitos.
Hazme cariño justo ahí... ahí detrás de mi oreja... me provocas un tic en la pata derecha.
¡No te vayas! Puedes quedarte hoy para jugar conmigo...

- Adiós Lulú.
- ¡Guau guau guau!
- Nos vemos en la tarde.

Espero que traigas a tu novia Sara... siempre trae galletas de jamón para mí.

miércoles, 18 de enero de 2012

Un niño perdido, igual que un perro sin collar

En las calles húmedas, frías y resbalosas divaga Benjamín, que al igual que un perro faldero, un día, con sólo cinco años de edad, salió de su casa, cruzó el portón por primera vez sin agarrar la mano de su mamá y se sintió tan libre que caminó incansablemente, sin notar que las casas dejaban de ser amarillas, verdes y blancas, y comenzaban a ser azules, grises y negras. No se dio cuenta, que las personas que iban por las calles ya no eran alegres. No se fijó que todos llevaban un extraño bigote... Y así Benjamín se perdió.
Pero en la ciudad natal de Benjamín es tan sencillo tener hijos, que sus padres no se dieron cuenta de que ya había nacido un niño idéntico a su primogénito, pero como no estaban seguros de que fuera Benjamín, al "clon" le llamaron Antonio.
Nuestro niño tuvo que acostumbrarse a la vida en donde las casas eran azules, grises y negras. Convivía con unos organismos con aspecto de resorte que le sacaban una sonrisa cuando iban brincando sonoros, pero también con otros seres pequeñitos y cafés que se le metían en los pliegues de la piel, como axilas y entrepierna, y lo mordían hasta que Benjamín ya no podía más del sueño que le provocaban ciertas toxinas de los cafecitos, y caía rendido en alguna acera de la que llamaremos “ciudad brillante”, porque las amebas eran del porte de un perro y numerosas como las palomas, y fosforecían durante la noche en colores verde manzana, rojo brillante y azul eléctrico.
Benjamín además de sobrellevar su vivir con los cafecitos, que solo lo querían hacer dormir, tenía que luchar por cómo alimentarse. Así que robaba.
Se apoyaba en paredes de calles concurridas y cuando pasaba un “pez gordo”, persona que parecía tener buenos tejidos, le tomaba la mano y la desprendía del cuerpo de su víctima. La gracia de saber elegir al pez gordo, es que éstos no se dan ni cuenta cuando les falta una extremidad, ya que la regeneran en cosa de segundos, perfecta, igual a la anterior.
Luego de robar una mano, escapaba a un callejón y la observaba. Debía fijarse de que su alimento no estuviera sucio, con tatuajes o las uñas pintadas, ya que muchos químicos hacían que a Benjamín le crecieran ampollas violeta.
Por último, Benjamín fagocitaba la extremidad.
Los líquidos los adquiría de la misma mano o fácilmente los absorbía de la tierra, con sus pies ventosos.