domingo, 23 de septiembre de 2012

Flor

Había una vez una semilla que plantaron dos manos de personas distintas. Creció, soportó varios inviernos y heladas, pero se iba torciendo con ellas.
Luego el botón floreció negro, y a los jardineros no les gustaba, pero no la cortaban ya que confiaban en que la próxima primavera florecería más alegre.
Pero no fue así, y estuvo toda su existencia arruinando el patio de los Ortega.