domingo, 24 de julio de 2011

Anuncio desagradable

Miles de despertadores molestando estrepitosamente en los veladores de todos los jóvenes y niños.
Hoy cuesta más que nunca sacar los pies de las camas calentitas porque cada alma a esta hora mira por su ventana y descubre que aún es de noche, pero hay que levantarse igual.
Dos semanas que se fueron más rápido que un pestañeo mirando al profesor.
¿Qué es este extraño caudal de líquido que viaja por las calles?
Ríos anchos de lágrimas avanzan por la ciudad y el llanto y griterío de los más pequeños se concertan para crear una sinfonía de lamentos espeluznante.
Como robots, todos los menores se ponen los bolsos y mochilas al hombro y se preparan para salir de sus casas calefaccionadas con estufas a gas o parafina. Al abrir la puerta, el invierno les da a todos una cachetada helada en las mejillas, que hace que sus ojos lloren, que el pecho les duela, que les piquen las manos.
En las mentes de todos más que claro está, pero un último intento no está de sobra:
¡MAMÁ, NO QUIERO IR AL COLEGIO!

Estimada población juvenil : Me es un desagrado anunciar que se acabaron las vacaciones de invierno.