sábado, 19 de julio de 2014

No shot

Siempre que puedo me escapo, porque en realidad no tengo un hogar definido, sino una casa donde no pasar frío, aunque nada acogedora.
Esta vez fuimos a un bar  y bebimos muchísimo. Además estuvimos conversando con gente divertida.
Antes de irnos pretendía beberme un shot de lo que fuera para quedar mareada, pero luego pensé en esa vez que se supone fue la mejor noche de nuestras vidas, pero yo no podía recordar nada porque estaba completamente ebria. Ésta vez no sería así. Yo recordaría cada beso y caricia.
En la casa ya nos queríamos ir a dormir. Comenzaba a hacer todo lento a causa del cansancio, así que él me arropó entre las sábanas, me dio un beso en la frente, apagó la luz y se dirigió a la puerta.
- Fernando... estoy feliz.
En el negro absoluto de la obscuridad sentí su respiración de vuelta en mi cara, y sus labios rozando mi mejilla mientras susurraba:
- Te amo.
Y eso, es lo que no quiero olvidar por nada del mundo.