sábado, 26 de enero de 2013

Al baúl

Otra vez, como todos los años, recogió del suelo los zapatos que estaba arreglando y que sólo quedaron desarmados, retiró de bajo su cama los cuadernos con dibujos e historietas que ella había creado y que debía colorear, sacó de la librera los proyectos que pretendía regalarle a su novio, del escritorio limpió algunos trucos que había descubierto de sus videojuegos favoritos y todo, todo eso lo guardó en aquel pequeño baúl.
Así es como terminaban todos sus sueños, encerrados en un ataúd con cerradura, pero sin la llave. No sé ni por qué guardo todos los papeles, si en unos años más los descubriré, y ya todos apolillados los botaré a la basura.

En el fondo, ella no era otra cosa que los movimientos de ajedrez de la sociedad y el concepto erróneo de felicidad.

miércoles, 23 de enero de 2013

Memoria de un honguito

Soy un honguito muy pequeño, que vivo con mi familia entre las baldosas de la pared de tu baño.
Cuando era una espora, me sentía realmente triste ya que es como estar flotando eternamente sin saber cuando vas a poder poner las piernas en la tierra, sentirse firme, hacer la propia voluntad.
No sabes tú, en realidad no tienes ni IDEA de lo que fue para mí por fin ser llevado por la brisa hasta la pared de tu adorable baño y hacerme grande.
Sé que quieres limpiarme, es decir, asesinarme a mí y a mi familia, para que tu pared esté nuevamente reluciente... y la verdad no me importa, es parte del ciclo de la vida eso de morir... pero por favor... ¡¡¡POR FAVOR NO ME MIRES CON ASCO!!!

No soy malo ni vine a invadirte, sólo a completar mi ciclo de vida.

sábado, 12 de enero de 2013

Un sueño

Tengo guardado entre mis recuerdos la noche más hermosa de mi vida, esa donde me sorprendiste con un camino de rosas, con dulces de tus manos, con tu infancia casi cercana. Esa noche donde celebramos un invierno más en mi vida.
Me acuerdo que te enfadaste porque llegué tarde a nuestro encuentro, pero no me dijiste nada para no echar a perder la magia de ese día.
Recuerdo que cuando pensé que el día había terminado para mí, apareciste como un mago y nos teletransportamos a un restaurante caro, nos llenamos la pansa de delicias, caricias e ilusiones, y yo aún pensaba que era un sueño.
Recuerdo que camino a casa, tú con tu terno y un paraguas negro, te veías mucho mayor que yo con mi vestidito de diario y mis botas desgastadas.
Esa noche por primera vez me sentí como una niña a tu lado.

jueves, 10 de enero de 2013

Cotidiano movimiento

No se sube al transporte público, porque detesta el contacto con la gente. Eso de que siquiera le rozaran un brazo o cualquier célula de su cuerpo, la ponía nerviosa. No le gustaba.
Por eso camina las 16 cuadras que separan el parque con su hogar. Camina con cuidado y mirando al suelo, pasando desapercibida, tal como deseaba. No quería que por nada del mundo le vieran su colgante de gorrión. La hacía sentir segura contra la mala suerte, pero más vulnerable a los robos.
Acercándose al pasaje donde vive, ve que el camión de la basura está haciendo lo suyo, pero no quiere que la vean ni le silben ni le griten piropos, asi que se sienta en una banca que le da la espalda a su camino. Mientras escucha música en sus audífonos trata de inspirarse, pero se da cuenta que la música ha cambiado tanto en su reproductor, que le deja la mente en blanco, la estupidiza. Es una música demasiado pesada y compleja como para pensar en algo más que desmembrarla y buscarle un sentido.
Luego decide que ocho minutos son suficientes como para que el camión se haya alejado de su casa y lo pueda ver en la seguridad de la lejanía de las calles paralelas a su pasaje.

...Pero... ¡SORPRESA!

El camión de basura había desaparecido de la faz de la Tierra.

viernes, 4 de enero de 2013

Como un abejorro

Hubo un tiempo en que todos se sentían orgullosos de ella, donde merecía que la quisieran.
Hoy ella no era nada, un fracaso más del purulento experimento de la sociedad.

... Aún así era feliz.