martes, 14 de mayo de 2013

Té de hierbas

...luego de que aquel misterioso té olvidado en la alacena la hiciera volar hasta un mundo paralelo confeccionado sobre verduras y habitado por conejos, despertó abatida en la penumbra de su cuarto, acurrucada en la esquina superior izquierda de su cama, vestida con ropa que jamás había visto en su vida, y siendo observada por un hombre que la miraba desde la silla del escritorio mientras se fumaba un cigarro.
Luego de eso todo es placentero y borroso... mas nunca encontró aquella inspiración que andaba buscando.